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jueves, 17 de enero de 2013

Coca-cola como modelo conductista

Si nos ponemos a hablar de modelos bancarios, conductistas y constructivistas; y nos ponemos a redactar largas definiciones sobre qué significan estos términos, corremos el riesgo de aburrirnos leyendo y acabar sin entender nada. Pero como hemos aprendido en clase, con un vídeo podemos educar y quizás aprender más que con una parrafada que yo pueda escribir aquí.

 Así, que mi misión en este post será intentar dejar un poco más claro algo a cerca de estos modelos que acabo de mencionar sin aburrir con un gran texto. Bueno, en realidad, intentar aclarar algo sobre el modelo conductista.

La llamada “ingeniería del comportamiento” pretende modelar la conducta de las personas con objetos previamente establecidos. La persuasión es clave en este punto. Para persuadir necesitamos convencer, condicionar al individuo, hacer que el “otro” adopte la posición que nosotros queremos. Todo ello mediante imágenes que impacten…

Sí, ya he dicho que no iba a escribir sobre qué es el modelo conductista; así que voy a dejar de teclear y mirad este vídeo:



¿A que después de ver este vídeo tienes ganas de beberte una Coca-cola? Pues justo de eso es de lo que trata el modelo conductista. En impactar mediante imágenes y crear una reacción inmediata en el receptor. Esta reacción puede desvanecerse con el tiempo o puede que luego la opinión formada cambie. Es decir, en el momento en el que ves el anuncio de Coca-cola, te apetece beber una. Después de un rato posiblemente no te apetezca, pero para entonces seguramente ya te has bebido una; así que Coca-cola ha cumplido su misión.

Además este tipo de anuncios, hace también que cuando vayas al supermercado y veas una estantería llena de Coca-cola, te acuerdes del anuncio y quieras comprar una.

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